A bordo del portaaeronaves Juan Carlos I, el mayor buque español de guerra, uno se hace muchas preguntas, pero, sobre todo, se aprenden muchas cosas. La Armada Española realiza cada año FLOTEX, un ejercicio destinado a implementar, valorar y evaluar la capacidad de la Fuerza Naval y que está vinculado a su razón de ser: estar preparados para el combate. Durante dicha preparación son muchos los temas que se abordan desde este centro de operaciones en el que se trabaja de forma conjunta con el Ejército de Tierra y el Ejército de Aire y en el que también se invita a participar a otras naciones.

Un grupo de periodistas fuimos testigos del despliegue para realizar la fase de ejecución de los ejercicios FLOTEX-21 en aguas del golfo de Cádiz. Y allí, viendo la complejidad de la operación en un hipotético escenario de guerra, se puede confirmar que una de las amenazas que más preocupan a los militares es la difusión de fake news. Las noticias falsas no son una invención moderna, pero en la sociedad actual se distinguen por su rápida difusión por Internet y redes sociales. “Un país puede difundir fake news diciendo que otro ha ido contra los derechos humanos, romper así la cohesión y poner a la gente en contra de los militares”, afirmaba el comandante del Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad (CGMAD), el vicealmirante José María Núñez Torrente. Atribuir falsamente un acto ilegítimo a un contingente puede hacer disminuir el apoyo de la opinión pública hasta hacer fracasar la misión. Es por ello que muchos ejércitos llevan una cámara en el casco para poder contrarrestar las falsas noticias. Son ya varios los ejemplos que existen de manipulación de información al mismo tiempo que las campañas de desinformación son cada vez más sofisticadas. Para hacerlas frente, se cuenta con la colaboración de expertos no solo en comunicación social sino también en ciberespacio e inteligencia. Y desde la Armada son conscientes de que en un futuro habrá que hacer frente a tecnologías que aún no existen pero que se propagarán rápidamente.

Mientras estos hombres se preparan para el peor de los escenarios, hay muchas decisiones que se toman en los despachos de los políticos que afectarán en el desenlace de sus misiones. El presupuesto en Defensa sufrió fuertes recortes en la anterior crisis económica con caídas superiores al 30%, afectando a las inversiones necesarias. En los Presupuestos Generales del Estado de 2022 se destinan 10.155,3 millones de euros a Defensa, un 7,9 por ciento más que en 2021. La partida más importante corresponde a los Programas Especiales de Armamento (PEA), inversiones a largo plazo del Estado con las que además de renovar las armas de los ejércitos (tanques, barcos o aeronaves), se impulsa la capacidad de la industria militar española con objetivo de aumentar su competitividad internacional. Desde el Ministerio de Industria se sufraga su investigación y desde el de Defensa se financian actualmente el vehículo de combate sobre ruedas 8×8 ‘Dragón’, el helicóptero NH-90, las fragatas F-110, los satélites HISDESAT y los aviones de combate EF 2000.

La industria de Defensa es uno de los elementos claves para la recuperación económica de España junto con otros sectores como Seguridad, Aeronáutica y Espacio. Una industria estratégica para el desarrollo socioeconómico del país porque aporta un elevado valor añadido debido en gran parte a la alta complejidad industrial y tecnológica. En 2020 este sector facturó 6.720 millones de euros y el total de actividad económica ligada a las empresas del sector contribuye de manera directa e indirecta en 8.500 millones de euros, lo que significa un impacto equivalente al 0.8% del PIB nacional, según datos del informe elaborado por KPMG para TEDAE. A nivel de generación de empleo, el sector de Defensa tiene un efecto multiplicador de 2,9, por lo que los 23.000 empleos directos mantienen más de 69.000 puestos de trabajo adicionales de forma indirecta e inducida. Las empresas españolas de esta área resaltan la aportación de esta industria en la estrategia de reindustrialización española, porque es un sector eminentemente tecnológico, intensivo en I+D, con alta capacidad tractora, elevados índices de exportación y un importante generador de empleo de alta cualificación. Cada euro invertido en Defensa genera 2,5 euros en el conjunto de la economía.

A bordo del portaaeronaves Juan Carlos I la atención se va, casi sin evitarlo, a los Harrier, el primer avión de combate del mundo capaz de despegar y aterrizar en vertical. Estados Unidos, Italia y España son los tres países que siguen utilizando estos aviones, a los que apenas les queda una década de vida útil. Parece claro que el único relevo posible es el F-35B, pero no hay fecha ni para la decisión ni para la llegada del sustituto. Eso sí, si España prescinde de su aviación de ala fija embarcada “las consecuencias serían dramáticas”, avisan los militares. Desaparecería la capacidad de disuasión e influencia y potenciales adversarios podrán superar a España. Pedro López, uno de los pilotos de élite de la Armada Española asegura que pilotar un Harrier es algo precioso, “tienes un punto de vista privilegiado”. Y ya se imagina dentro de un F-35, “difícilmente detectable por radares con un casco de visión de 360 grados”. En el campo militar, la innovación tiende a estar un paso por delante.

(Texto escrito na língua original do autor)