Belén Rodrigo, Periodista en Diario ABC
Para un país que en 2019 recibió 83 millones de turistas, las imágenes de las calles desiertas durante el confinamiento en los meses de marzo y abril de 2020 fueron especialmente duras. Esa alegría que caracteriza al pueblo español paró de golpe y todavía no se ha recuperado. Acaba un año difícil y traumático para todos y lo ha sido de forma especial para España, cuya economía es una de las más afectadas por la crisis donde las dos olas del coronavirus han sido muy fuertes. Y todavía está por ver cómo será la tercera. De la primera nos queda grabado en la memoria aquel fatídico 2 de abril, cuando se comunicaron 950 fallecidos en 24 horas. Entre todos se logró hacer frente al virus y llevarlo hasta números realmente bajos en el mes de junio, pero tras el verano la situación se volvió a descontrolar, como en el resto de Europa. Un déjà vu, aunque esta vez la experiencia de los médicos y contar con más recursos materiales marcó la diferencia.
Llevamos años escuchando maravillas del sistema sanitario español, uno de los mejores del mundo, según los rankings. Quizás por eso los primeros meses de la pandemia resultaba más difícil entender lo que estaba pasando. Pero no era algo nuevo, si buscamos las noticias de años anteriores, en los picos de la gripe, muchos hospitales se colapsaban igualmente ante la falta de camas y de personal sanitario. Este virus no ha hecho sino poner en evidencia las carencias de un sistema en el que cada vez se invierte menos dinero, aunque España sea uno de los países con mayor esperanza de vida.
Los números que resumen este 2020 son desoladores. España acaba el año con 1.928.265 casos de coronavirus confirmados y 50.837 muertes a causa del Covid-19. Pero si miramos para las cifras del Instituto Nacional de Estadística estaríamos hablando de 70.000 víctimas del Covid, 20.000 más de las que reconoce el Gobierno. No menos preocupantes son los números relativos a la economía por el efecto que van a tener en la vida de las personas. La caída del PIB en 2020 rondará el 11% según las previsiones de la OCDE y la tasa del paro supera el 16%. Además, hay casi 750.000 personas en ERTE que en muchos casos acabarán desempleados.
¿Y ahora qué? Nos preguntamos todos. ¿Qué nos espera en este 2021 coincidiendo con la llegada de la vacuna? El Gobierno espera vacunar hasta 80 millones de personas, muchas más de las que viven en España. Pero todavía faltan varios meses para que sea realidad y hasta entonces sigue aumentando el número de personas vulnerables. Según los economistas en este primer semestre del año no veremos una recuperación total. Siguen el miedo y las restricciones. De hecho, en España el año pasado se disparó la tasa de ahorro de los hogares. Pero una vez que la vacuna se generalice se espera que la economía se recupere rápidamente, como ha ocurrido en anteriores crisis.
No obstante, hay demasiadas esperanzas puestas en los fondos europeos que si bien serán importantes llegarán cuando la economía ya estará funcionando y no van a evitar la caída del primer semestre. Estrenamos Presupuestos del Estado, los que finalmente ha logrado sacar Pedro Sánchez adelante con el apoyo de los independentistas. Unos presupuestos que el gobernador del Banco de España ha calificado de optimistas alertando sobre las consecuencias para la destrucción del empleo y el incremento de la deuda pública. Esta es la realidad que tiene España y probablemente saldrá de esta crisis, pero sin acometer las reformas pendientes, entre ellas las de apostar por un tejido empresarial más fuerte y resistente. Seguimos siendo un país de Pymes y microempresas.
En este año se pondrá de nuevo a prueba un gobierno de coalición cuyas diferencias se han podido ver en plena gestión de la pandemia. Y queda por saber si la salida del ministro de Sanidad, Salvador Illa, da pie a una remodelación ministerial. Una salida por sorpresa al ser el candidato socialista de las elecciones catalanas del 14 de febrero. Sí, el problema catalán sigue ahí, aunque el año pasado quedase en segundo plano ante la magnitud de la pandemia. Veremos ahora si la sociedad catalana mantiene su apoyo al independentismo, y el precio que pagará Sánchez por condicionar los Presupuestos al apoyo independentista.
Un comienzo de año llega siempre cargado de ilusión y buenos propósitos y más cuando el año anterior ha sido realmente difícil. Acabar con la pandemia es la prioridad para cualquiera de los gobiernos, pero al hacerlo, que se conseguirá, no se tendrían que olvidar todo aquello que se ha hecho mal. España ha dado una mala imagen ante una falta de coordinación entre Gobierno y Autonomías poniendo en causa un sistema supuestamente ventajoso para todos. En el momento de la verdad, no se ha sabido gestionar. Las diferencias partidarias han estado por delante del bienestar del país y han hecho mucho daño.
Puede que el milagro de la vacuna haga olvidar muchas diferencias, pero habrá que estar atentos para la próxima batalla. Parece que los virus se sienten cómodos entre los humanos y este no será el último.